Letal como la madrugada sola

Letal como la madrugada sola

la ponzoña de la duda

el miedo

la silueta del alacrán

el odio

el amor que mata

la rabia

la falta de vino tinto

la trampa del insomnio

el beso que se niega

la traición

la angustia de vivir

la cerveza caliente

la ira

la ausencia de belleza

el olvido de ti y de mi

perderse

la espuma de los celos

la luna que te mira detrás de una nube oscura

el hambre

un tranvía sin deseo

el sol sin paraíso

una estación sin sueños.

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Tengo para ti

Miel y canela tengo para ti
 
vino en las venas
 
una corona de rosas sin espinas para tu sien
 
aire en las alas que te vuelan
 
tengo la sombra bajo el árbol de tu intenso verano
 
tierra húmeda y blanda, donde se hundan tus pies
 
agua y sal para tu boca
 
tengo humedales nocturnos para apagar tu sed
 
luces, luciérnagas, brillos de vida
 
fuego que no es fuego fatuo
 
fuego que arde
 
tengo en las manos la caricia y la herida que te envenenan
 
en los labios mi corazón que te nombra
 
y en cada latido te besa.


Ciegos como los espejos

Estamos ciegos, como los espejos

que te miran sin verte, rotos

vivimoso en la montaña rusa

sin estación

siempre arriba

siempre abajo

rodando

lenta o vertiginosamente

sin llegar a ningún sitio

somos

la espiral del infinito

somos un tunel de espejos

seres múltiples 

divididos

fragmentados

viviendo distintas y distantes vidas

tal vez

contenidas

quizá desbordadas vidas sin aliento.


Si no fuera

Hoy no toca terapia, hoy no es día de gimnasio, de trabajo o escuela, hoy no hay que correr de un lado a otro por el río de gente, no hay que subir y bajar mil veces escaleras, nadie me espera, hoy es sábado común, como cualquiera, sábado sin prisa y sin adonde, no hay fiesta ni vinos, ni alegría, ni cervezas y es tan difícil esto de conectar la mente a la vida diaria, de enlazar los cinco sentidos al televisor y dejarse llevar a un viaje dulcemente plastificado, caer en su remolino de vacío tiempo vacío y no escuchar sino las voces que hablan sin sentido, hoy podría salir como fantasma, por la noche, ver bares y luces, aspirar el humo de cigarros que cuelgan de los dedos como telarañas, ver gente que se sostiene de pié,  podría caminar por calles desiertas y escuchar a los perros que me ladran, lo mismo que a la luna, porque no me conocen y no saben que no asusto.  Hoy podría llegar a un cine, si no fuera por la soledad que se siente cuando tienes que comprar una sola entrada.  Hoy no quisiera estar aquí, sola, tan sola por dentro, y tan vacía, tan hambrienta, tan llena de trampas, de fantasmas, de silencio, de horrores de consciencia  y de sueños que, casi siempre se convierten en pesadillas.  Hoy aceptaría cualquier invitación, a borrachera o juerga, a juego de barajas, dominó o ruleta rusa, hoy podría, si no fuera porque duermo dos metros bajo tierra.


Regalo de Ernesto

                        Comentario de Ernesto Cruz al poema Un instante a contraluz de verde 

Vida reflejada
 
en topacio irisado
 
texturas de la piel
 
latiendo en el deseo.


Un instante a contraluz de verde

Un instante a contraluz de verde

una mirada que se mira detrás del rayo de luz

reflejos miel  suavizan la caricia

la piel untada de seda líquida se desliza bajo los dedos 

y parece teñirlos de una pátina dorada

brilla el latir del corazón

es un cristal nacido de amapolas

solo un latido

un reflejo

la idea de la vida.


Hielo niño

Puedes

cuando quieres

traer la lluvia

el mar

un cielo en desbandada

o hacer caer granizo

hielo niño que corta los silencios

sin romperlos

puedes

y traes la tempestad

a pleno sol

y vienes como un diluvio

ríes.